---"¿Me llevarías al monumento conmemorativo a las brujas en Schmoel, en el mar Báltico?"

Para desplazarse mi cuerpo depende de otros cuerpos. Mi deseo fue concedido.

Érase una vez en el pequeño pueblo de Schmoel, cerca de la ciudad de Kiel en la costa del mar Báltico; lugar que hoy en día se sitúa en el norte de Alemania, mientras en ese momento pertenecía al reino de Dinamarca.

Érase una vez = el año 1686: el "Gut Schmoel" (la hacienda que se ve en el fondo de la foto) estaba en manos de Christoph von Rantzau, quien hizo ejecutar 15 personas acusadas de brujería en la primavera de 1686, entre ellas una mujer embarazada, hecho que incluso el cruel “Martillo de las Brujas” (Malleus maleficarum) prohibía, por lo que Rantzau finalmente fue declarado culpable. En vez de arder en las llamas del fuego, tuvo que pagar una gran multa y abandonó la región a la que nunca volvió.

Érase una vez en el pequeño pueblo de Schmoel, cerca de la ciudad de Kiel en la costa del mar Báltico, ahora perteneciente al estado federal de Schleswig-Holstein, en el norte de Alemania.

Érase una vez = 2013: un grupo de personas echa los cimientos para la “Piedra de las Brujas”, una plaza redonda rodeada de árboles y una muralla, con el característico “horno de brujas” de ladrillos auto-fundidos y quemados en el medio de la plaza. Un proyecto iniciado por el esculptor Jan Koberstein y apoyado por una variedad de personas de la región, quienes -en un proceso de 6 años- materializaron la intención de conmemoración y sanación, a través del estudio, la limpieza energética, la construcción del monumento y diversas celebraciones alrededor del horno de las brujas.

Las quemas de brujas que tuvieron lugar entre 1400 y 1775 en lo que ahora se llama Alemania (y en toda Europa) son un asunto colectivo y personal.

Convertir el fuego letal en fuegos transformadores.

Al llegar, me sorprende el ambiente alegre del lugar, la energía tan positiva que me transmite, los colores radiantes de las muchas florecitas que le rodean ahora en primavera: impresionantes Ortigas muertas, calmantes Yedras terrestres, Margaritas juegetones, fuertes Dientes de león y las mil hojas de la Milenrama me dan la bienvenida.

Me siento. Miro. Toco. Permanezco. Pertenezco. Suspiro. Suelto. Me lleno. Traumas. Procesamientos. Conexión ancestral. El claro comienzo de mi propio viaje, aunque la "búsqueda de la bruja" en realidad comenzó hace años en Sápmi … ¿o fue antes en Granada?
Un claro comienzo de mi viaje: el día de la visita a la Piedra de las Brujas en Schmoel/Alemania (ver última entrada). O bien, el comienzo del viaje intencionado. La "búsqueda de la bruja" comenzó años antes en Granada/Estado Español. El viaje a la isla noruega Vardø 2015 presenta otro punto de partida.

Esta historia se caracteriza por lo que sucede en un trauma: fragmenta la experiencia, no permite una narrativa coherente, sin comienzo definido, sin final, puro 'embodiment'. El arte radica en procesar. Permiso a la incoherencia, apertura a la propia historia...y a contar historias propias.

Un cementerio cristiano en primer plano. Camino al monumento de las brujas 'Steilneset' (los oblongos contornos grisáceos en el fondo a la izquierda), primero hay que pasar la antigua fortaleza y la iglesia. Duele. Me concentro en el sonido de las olas. El Mar del Norte. Ártico. Todo parece estar envuelto en silencio. También nosotras dejamos de hablar. Solo el 'clic' de la cámara estenopéica.

Para abordar el episodio desgarrador de siglos pasados, les diseñadores del monumento impresionante exploraron formas de trascender el tiempo, imaginando el monumento como un proyecto conmemorativo que responde al contexto espacial y cultural del lugar, evocando al mismo tiempo la continuación del legado traumático de la caza de brujas. La artista Louise Bourgeois y el arquitecto Peter Zumthor no son de la zona.

Es aquí donde se quemaron mujeres noruegas como brujas y hombres Sami, ahora referidos como chamanes. O ése es el binario impuesto por la historiografía moderna. Es aquí donde, por primera vez, escuché en una frase “trauma” y “caza de brujas”, sintiéndolo antes de estudiar sus (im)posibilidades.

¿Quiénes son les herederas del “trauma de las brujas”? ¿Dónde lo encuentro en mí? ¿Dónde, con qué derecho, intención y efectos lo busco?

Mi mente vuelve a otro comienzo del viaje: a Granada.
TERCER PUNTO DE PARTIDA:
c / Cristo de la Yedra 33, Granada, Andalucía

En 2015, en LA FÁBRIKA CRÍTICA -entonces espacio de de_formación transfeminista– organizamos 3 encuentros abiertos bajo el título "AKELARRE".

La verdad es que no recuerdo cómo surgió la idea. Recuerdo muchas personas reunidas en nuestra fábrica-garaje, bebiendo Bandolera del sur, charlando, riéndose, permitiendo miedos, rabia y lágrimas, abrazándose, conversando, creando listados, textos y collages relacionados con
* la figura de la bruja y la historia de la persecución
* las brujas en cuanto sexualidades disidentes
* las brujas, la autogestión de la salud y la historia de la medicina

Este último punto fue sin duda mi principal preocupación en ese momento.

Lo asombroso es que recuerdo las sensaciones corporales de aquel 7 de marzo con demasiada precisión. Recuerdo admitir "mi existencia enferma" ante mi misma por primera vez. Y recuerdo esa increible sensación de pertenencia, esa sororidad sin género fijo, eso que desde entonces no he sentido nunca más, mientras me he ido encontrando a mí misma...

Al igual que los otros dos puntos de partida (ver últimas entradas), también éste es difuso, inconcluso, lleno de trauma y alegrías.

Al escribir esas palabras, me doy cuenta de que queda un largo camino en busca de la bruja...

“Asumirse bruja, implica en principio, mirarse al espejo y encontrarse, es ahí donde la brujería adquiere sentido, en el instante donde contra todo lugar de opresión consigues a pesar de ser nombraba, ponerte tu propio predicado.”

- Diana Marcela González Calle, 'Retornando al aquelarre: una mirada a la praxis feminista a través de la figura de la bruja'
"HIERBAS DE BRUJA"
Nomenclatura popular
& relaciones bruja-planta

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En Schleswig Holstein, estado federado más al norte de Alemania, se habla de una anciana que fue acusada de ser bruja y condenada a muerte en el pueblo de Eutin.

Los responsables quisieron evidenciar la acusación con la "prueba de natación" que se llevó a cabo en el Gran Lago del pueblo. Como un pato, cuenta el cuento, la anciana flotaba cuando la tiraron al agua. Pues, bruja!!

Enfrentando la muerte, la anciana trepó la colina de la horca, apoyada en su bastón. Una vez arriba, clavó el bastón en la tierra ablandada por la lluvia y exclamó:

"Si Dios sabe que soy inocente, les enviará una señal y hará que este palo reverdezca."

Poco después de su ejecución, el palo comenzó a verdecer: salieron hojas y con el tiempo el bastón se convirtió en un roble majestuoso que por la zona sería conocido durante siglos como "el signo de inocencia" (hasta que comenzaron a desmontar la colina y el árbol fue volcado por una tormenta).
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Signo de inocencia o prueba de la profunda alianza bruja-planta?

"En busca de la bruja": releer leyendas populares cambiando de perspectiva; buscar las historias de la nomenclatura botánica popular; evitar la identificación precipitada por ver "bruja" incluida en una palabra...
Al volver a mi puerto de origen hace unos años, visité el "jardín de las mujeres" en el cementerio más grande de Hamburgo, en busca de la lápida conmemorativa de las personas quemadas como brujas en esta ciudad (y mucho más allá de sus fronteras).

Me encontré con una señora que intentaba, sin mucho éxito, encender el fuego que siempre debería arder en el hueco de la lápida, en forma de una lámpara de aceite. Hablamos de arte, galoneras y Abelke Bleken, cuyo nombre está escrito en la lápida, en nombre de muchas otras.

Por una razón que, por ahora, desconocemos, Hamburgo no era de los lugares donde más se practicaba la persecución de las brujas. Sin embargo, entre 1444 y 1583, al menos 40 mujeres fueron condenadas por brujería o magia, y/o quemadas en la hoguera.

A veces, leo sus nombres en voz alta...
...sin conocerlos todos.


- 1444, quema de la hechicera "incantatrix" Katharina Hanen

- 1444 quema de una "mulier divinatrix"

- 1470 quema de una "maleficiatrix"

- 1474 quema de una "incantatrix" (mujer que pronuncia hechizos mágicos)

- 1526 36 ejecuciones de hechiceras

- en 1529 una "malefica" murió en prisión, dos fueron quemadas

- 1533 quema de una mujer sin más información

- 1540 varios hechiceras fueron encarceladas, pero no condenadas, menos una, que fue expulsada de la ciudad

- 1544 ejecutadas cuatro "veneficae"

- 1545 se quemaron seis personas

- 1553 se ejecutó una "venefica"

- 1555 se quemaron nueve "maleficae"

- 1581 seis hechiceras quemadas

- 1583 Abelke Bleken fue quemada por daños mágicos y pacto con el diablo

- 1589, Wilcke Vetten y su difunta esposa fueron quemadas

- 1591 Metke Poleuer quemada por artes curativas prohibidas

- 1594 Lemke Niper o Meyer fue quemada por daños mágicos y pacto con el diablo -

- 1576-1594 cuatro hombres y 10 mujeres condenadas a muerte en la hoguera

- 1601 Catharine Carstens

- 1606 Engel Reimers por artes mágicas curativas

- 1610 Anneke Petersen quemada por pacto con el diablo

- 1619 Abelke Dabelstein

- 1642 Cillie Hempels por "la deserción de Dios” y hechicería contra su propio marido

- 1642 Gretje Wevers por brujería

- 1701 juicio con cargos de brujería


...to be continued...



Hace unos años, no me esperaba que los viajes en busca de las brujas me llevasen al trauma transgeneracional. Pasarian años más hasta que empezaria a sumergerme en las prácticas del Somatic Experiencing y las teorias epigenéticas.

Pero, ¿quién se hubiera creido que "la búsqueda de la bruja" me llevase a encontrar mi manera de acercarme a la (asi llamada) sanación ancestral en las profundidades de mis propias entrañas y en la microbiologia?

Pues, yo no me lo hubiera creido y hoy lo tengo más claro que nada: la próxima parada en el largo camino hacia las brujas será para "pensar como una plaga", gracias a @microanimism y su increible propuesta de hacer de los des_aprendizajes con bacterias, virus etc. una experiencia ritualistica, mistica, animista. Yeah!

No tengo ni idea cómo seguirá el proyecto "En busca de la bruja..." al llevarlo muy lejos de mi zona de confort. Por algo el título provisional incluye que

"El arte radica en procesar".

Una y otra vez, volviendo a nuevos principios de la historia.
DIDI'S WORLD
En busca de la bruja... El arte radica en procesar
INFANCIA 2022
& escobas de brujas

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Para 2021, me había propuesto concretar, materializar y poner en diálogo la difusa "búsqueda de la bruja" emprendida hace tiempo atrás. Decirlo en voz alta aquí y en Instagram @didi_hock hizo la idea más concreta, el compromiso conmigo misma "oficial" y el nuevo territorio de DIDI'S WORLD más tangible.

La búsqueda me llevó a viajes hechos hace tiempo, a experiencias colectivas pasadas, monumentos, nomenclaturas botánicas y procesamientos de la memoria corporal, llegando de Schmoel a Vardø, pasando por Granada de vuelta al norte de Alemania, a la microbiología y las profundidades de mis propias entrañas.

"En busca de la bruja" como sanación ancestral me dio la fuerza y ​​la confianza para hacer preguntas curiosas a mis parientes vives por primera vez desde la infancia; descubrí nuevas conexiones al enterarme recientemente de donde venían mis abuelos y abuelas; y por primera vez en casi 30 años no sentí rechazo al volver al lugar donde crecí.

Abedul, Pino, Brezo, Mirtilo y Hierochloe odorata me dieron una bienvenida tan cálida...murmurando a mis sentidos que no fue todo trauma, que aquí había lugar para mí.

Y así, "En bsuca de la bruja" se empieza a materializar en lo que son más bien seres que objetos artísticos, para nada producto final, sino el inicio de nuevas experiencias a procesar:

- La ESCOBA para seguir barriendo se ató de ramas del Abedul; un acercamiento al ser vegetal que mi memoria corporal, durante mucho tiempo, solo ha relacionado con el comienzo de la autonimunidad, con alergias y anafilaxia. La escoba de Abedul, también, una conexión obvia con las prácticas de quienes terminaron (quemades) como brujas.

- El MENSAJE EN BOTELLA se compone por las hojas, flores y bayas secas de las parientes vegetales redescubiertas; un importante mensaje para 2022: mirar, oler y tragar infancia.

En ello, “no me interesa la reconciliación ni la restauración, más bien estoy profundamente comprometida con las posibilidades más modestas de la recuperación parcial y del mutuo entendimiento.”
- Donna Haraway

El arte radica en procesar...
Mi relación con el Abedul se truncó a una edad muy temprana. (Mi percepción de) este árbol se convirtió de un pariente ecoregional en una amenaza para mi vida. Durante muchos años, el Abedul solo entró en mi conciencia a través del miedo y la molestia.

Tampoco el estudio de la herbolaria tradicional y moderna parecía traer alivio: demasiado generalizada la asociación del Abedul con la primavera, de la toma de su savia y hojas como cura vigorizante, de la primavera con ligereza y vitalidad; ideas contrarrestadas por mi propia experiencia somática que impedía cualquier reconexión incluso simbólica.

Mi relación con el Abedul solo pudo florecer de nuevo "al cambiar de estación": hoy día busco su compañía y sabiduría en invierno, conectando con otras historias y prácticas.

Abedul, “Birke” en alemán, derivado de la antigua palabra germánica "bher[ə]ĝ", que significa algo así como blanco, claro o brillante. El nombre da cuenta del firme arraigo del Abedul en las mitologías nórdicas como "portador de la luz". La oscuridad de invierno se ve iluminada por el resplandor de su corteza blanca que refleja la poca luz que queda en estos días oscuros justo antes de celebrar el regreso de la luz, el #SolsticioDeInvierno.

El brillo blanco parece envolver el Abedul entero y sentada entre los árboles relucientes empiezo a sentir su significado milenario: árbol de la vida, árbol de les chamanes nórdicos, árbol que eleva a la luz, al cielo y a otros mundos, siendo la entrada bajo el Abedul sólo un fino velo blanquecino.

La betulina, una sustancia que se siente como tiza, protege la corteza blanca del árbol de las influencias externas y es la corteza la que hace del Abedul un árbol tan resistente al clima invernal: un colchón de aire actúa como protección contra el frío y hace que la corteza sea impermeable al agua. El ser humana siempre se ha servido de esta propiedad, fabricando calzado, bolsos y objetos de almacenamiento a partir de la corteza joven del Abedul, que vuelve a crecer en 2-3 años.

Y hay otra práctica ancestral que se realiza en invierno: se recogen las ramitas delgadas (ahora sin savia, ni brotes ni hojas) para hacer escobas. “La escoba de bruja”, esta famosa herramienta espiritual, aquí se hacía de varas de Abedul. Con escobas de Abedul se barría para espantar fantasmas y limpiar patios, casas y cuerpos de polvo y de pulgas. Las escobas de Abedul se cuelgan en las puertas para proteger la casa, se ofrecen a los seres protectores del hogar y juegan un papel clave en los rituales de curación.

Para mí, la escoba fue la medicina crucial para, poco a poco, perder el rechazo y el miedo tan encuerpados y sanar mi relación con el Abedul mismo...